Por Raúl Arcomano - rarcomano@miradasalsur.com
Son quince los científicos y trabajadores de la CNEA desaparecidos. Estas son sus historias.
María Cristina Onis. Renunció el 2 de abril de 1976. No se conoce información sobre la forma de su secuestro.
Antonio Anselmo Misetich. Físico. El 19 de abril de 1976 María Susana Esaín salió de su casa de Vicente López en la que convivía con Antonio, junto con sus dos hijas. Vio pasar patotas de la Marina, armadas y en autos. Pararon en la vivienda y entraron. Hubo reclamos de la comunidad científica internacional. Castro Madero reconoció que Antonio estaba detenido y “gozaba de buena salud”. Pero sigue desaparecido.
Federico Álvarez Rojas. Físico y militante gremial. El 1º de octubre de 1976 un grupo entró a su edificio y destrozaron el piso 12 en el que vivía. Encerraron a sus tres hijos y lo secuestraron junto a su esposa, Hilda Leikis. Robaron su auto y la escritura del departamento. El 21 de abril de 1977 lo declararon cesante, por “abandono de tareas”.
Roberto Ardito. Ingeniero electrónico. Ex secretario gremial de la Asociación de Profesionales de la CNEA. El 12 de octubre de 1976 un grupo de tareas se metió en el departamento de los suegros. Le pidieron a golpes la dirección de Roberto. Como se negaron, fueron a la casa de su otra hija. Forzaron al esposo a llevarlos hasta el departamento de Roberto y su esposa, Atlántida Coma Velasco. Lo secuestraron. Fue declarado cesante también el 21 de abril de 1977, por “abandono de su trabajo”.
Susana Flora Grynberg. Física. Renunció el 2 de mayo de 1976. El 20 de octubre los padres de Susana recibieron un llamado anónimo: así se enteraron de que su hija había sido detenida por fuerzas de seguridad en su casa. Susana estaba embarazada de tres meses. Hay testimonios de su paso por la Esma.
Miguel Schwartz. Ingeniero. El 14 de febrero de 1977 Miguel debía encontrarse con su esposa Mirta. Al llegar a su departamento, varios tipos armados lo estaban esperando. Fue esposado y secuestrado. Su esposa también fue detenida. Se le prohibió ejercer su profesión de médica en el Hospital de Niños y luego fue obligada a abandonar el país. Miguel está desaparecido.
José María Estévez. Técnico del departamento de Reactores. El 2 de mayo de 1977 estaba con su esposa y un matrimonio amigo en su casa de Haedo. A la mañana siguiente un grupo de tareas armado entró al inmueble. Obligaron a José María a buscar su auto. Lo secuestraron y sigue desaparecido.
José Luis Badillo. Físico. Trabajador de una empresa contratista de Atucha I. Fue secuestrado en la madrugada del 8 de julio de 1977 en su domicilio. Se identificaron como miembros de las Fuerzas Armadas. José Luis fue llevado esposado y con los ojos vendados.
Son quince los científicos y trabajadores de la CNEA desaparecidos. Estas son sus historias.
María Cristina Onis. Renunció el 2 de abril de 1976. No se conoce información sobre la forma de su secuestro.
Antonio Anselmo Misetich. Físico. El 19 de abril de 1976 María Susana Esaín salió de su casa de Vicente López en la que convivía con Antonio, junto con sus dos hijas. Vio pasar patotas de la Marina, armadas y en autos. Pararon en la vivienda y entraron. Hubo reclamos de la comunidad científica internacional. Castro Madero reconoció que Antonio estaba detenido y “gozaba de buena salud”. Pero sigue desaparecido.
Federico Álvarez Rojas. Físico y militante gremial. El 1º de octubre de 1976 un grupo entró a su edificio y destrozaron el piso 12 en el que vivía. Encerraron a sus tres hijos y lo secuestraron junto a su esposa, Hilda Leikis. Robaron su auto y la escritura del departamento. El 21 de abril de 1977 lo declararon cesante, por “abandono de tareas”.
Roberto Ardito. Ingeniero electrónico. Ex secretario gremial de la Asociación de Profesionales de la CNEA. El 12 de octubre de 1976 un grupo de tareas se metió en el departamento de los suegros. Le pidieron a golpes la dirección de Roberto. Como se negaron, fueron a la casa de su otra hija. Forzaron al esposo a llevarlos hasta el departamento de Roberto y su esposa, Atlántida Coma Velasco. Lo secuestraron. Fue declarado cesante también el 21 de abril de 1977, por “abandono de su trabajo”.
Susana Flora Grynberg. Física. Renunció el 2 de mayo de 1976. El 20 de octubre los padres de Susana recibieron un llamado anónimo: así se enteraron de que su hija había sido detenida por fuerzas de seguridad en su casa. Susana estaba embarazada de tres meses. Hay testimonios de su paso por la Esma.
Miguel Schwartz. Ingeniero. El 14 de febrero de 1977 Miguel debía encontrarse con su esposa Mirta. Al llegar a su departamento, varios tipos armados lo estaban esperando. Fue esposado y secuestrado. Su esposa también fue detenida. Se le prohibió ejercer su profesión de médica en el Hospital de Niños y luego fue obligada a abandonar el país. Miguel está desaparecido.
José María Estévez. Técnico del departamento de Reactores. El 2 de mayo de 1977 estaba con su esposa y un matrimonio amigo en su casa de Haedo. A la mañana siguiente un grupo de tareas armado entró al inmueble. Obligaron a José María a buscar su auto. Lo secuestraron y sigue desaparecido.
José Luis Badillo. Físico. Trabajador de una empresa contratista de Atucha I. Fue secuestrado en la madrugada del 8 de julio de 1977 en su domicilio. Se identificaron como miembros de las Fuerzas Armadas. José Luis fue llevado esposado y con los ojos vendados.
Rosa Delfina Costa. Trabajaba en el Centro Atómico Ezeiza. Fue dejada cesante de la CNEA por “abandono de tareas” el 12 de julio de 1977. No se sabe cómo la secuestraron.
Graciela Mabel Barroca. Técnica en el departamento de Reactores. Estudiante de Física de la UBA. El 15 de julio de 1977 por la noche un grupo armado, y de civil, llegó al domicilio familiar de Villa Martelli. Como no los dejaron entrar, balearon y pusieron dinamita. Graciela no estaba allí. Esperaron durante tres horas y cuando llegó la llevaron detenida.
Gerardo Strejilevich. Estudiante de Física. Era el novio de Graciela Barroca. Los secuestraron el mismo día. Luego de despedirse de ella fue a dormir a la casa de un amigo, Manuel Ricardo Rojas, porque creía que lo estaban siguiendo. Tenía razón: en la madrugada los secuestraron a los dos.
Daniel Lázaro Rus. Estudiante de Física y becario en el departamento de Combustibles. El viernes 15 de julio de 1977 fue visto por última vez en su lugar de trabajo. Según compañeros de trabajo, hombres armados lo metieron en una camioneta de artículos de limpieza con la inscripción “Lavandina” que estaba estacionada en la puerta de la CNEA.
Secundino Garay. Técnico y estudiante de la UTN. Trabajaba en una empresa contratista en Atucha I. Era ex oficial de la Armada. Secundino fue arrancado de su casa una madrugada de octubre de 1977. Un grupo comando del Ejército ingresó a su casa donde vivía con su esposa y su hijo de 6 años.
Jorge Israel Gorfinkiel. Físico. Renunció a la CNEA el 7 de mayo de 1976. El 25 de noviembre de 1977 por la mañana salió de su casa en Pacheco rumbo a su trabajo en Capital Federal. Lo secuestraron y pasó por varios centros clandestinos. Estaba casado y tenía dos hijos.
Daniel Eduardo Bendersky. Estudiante de Física. El 16 de septiembre de 1978 por la mañana un grupo vestido de civil se presentó en su casa. Dijeron que eran de la Policía Federal. Lo llevaron a Daniel a su cuarto. Lo interrogaron y se lo llevaron, pese a la resistencia de su madre. De acuerdo con relatos de vecinos, a Daniel lo metieron en un Falcon rojo. Sigue desaparecido.
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